Todo sucedía muy rápido. Parecía increíble pero estábamos en Mount Putuo, una de las cuatro sagradas montañas budistas de China,
situada en una isla del archipiélago Zhoushan. En comparación con las otras tres, es mucho mas complicado poder llegar, sin embargo, la dificultad para acceder no frena la afluencia de peregrinos.
Ya en la
estación del ferry percibimos, en las largas colas, que algo muy
especial sucedería aunque nunca podíamos imaginar la magnitud de la
experiencia. Cuando nos encontramos junto a Guan Yin, Diosa de la Misericordia, se
disolvieron viejos esquemas, y se integraron nuevos acordes.... es algo
para vivirlo, no hay palabras para expresarlo. Constantemente debemos agradecer.
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