jueves, 19 de abril de 2012

in-formándonos


El entrelazamiento cuántico, también llamado "el efecto de Dios", o “el dedo de Dios“, parece ser un cordón inmaterial que conecta todas las cosas del universo trazando un puente entre la materia y el espíritu.
La posibilidad de que el ADN de un ser vivo no solo esté en un estado de entrelazamiento cuántico con cada una de sus células, sino con los miembros de su especie (y quizás con todo el Universo), explicaría la fascinante teoría de los campos mórficos del biólogo Rupert Sheldrake, quien sostiene que existen campos de información que organizan el desarrollo de una especie, actuando como un banco de datos de la naturaleza, de tal forma que se pueden transmitir hábitos, conocimientos y mutaciones horizontalmente, sin tener que pasar de generación en generación.
Este misterioso efecto que entrelaza la dimensión de unidad divina absoluta y el mundo material de la multiplicidad, supondría que la división no es tal, ya que el Espíritu sigue irradiando, transmitiéndose a sí mismo a través de nosotros, in-formándonos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario