Furong Ancient Village (provincia de Zhejiang, China) 16 May 13 |
Estábamos
ante una imagen del gran filósofo chino, Confucio, un sabio fundamental para las
culturas, tanto orientales como occidentales. Desde mi infancia vi
en casa, sin ir mas lejos, un ejemplar de las Analectas,
en la magnífica versión catalana de la Colección Bernat Metge. Mi
abuela me inculcó, con sus palabras y su ejemplo, la Regla de Plata:
“El que no vulguis per a tu, no ho vulguis per a
ningú” (*) -Analectas 15:23-
Aquí,
ante el Templo de Confucio, algo muy antiguo resonaba en mi
interior. En las estelas había los preceptos de su código ético, que hablaban muy especialmente sobre diferentes aspectos de la bondad: en un nivel superficial, asociado a la
honestidad, en un nivel profundo, a la comprensión
de los demás. Y el agradecimiento brotaba de mi corazón.
(*) "No
hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti"
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