La profesora, practicando, andaba delante nuestro, no sabíamos hacia donde, no sabíamos hasta cuando. Ignorábamos el programa del día, el paisaje que nos sorprendería en cualquier momento. No sabíamos nada en el bucólico país natal del Gran Maestro Letian. Eramos como niños, como una pagina en blanco. Estábamos aprendiendo a desaprender.
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